Las diez cualidades principales de los líderes más eficaces

By Kate Eby | 14 Diciembre 2022

¿Le interesa convertirse en el líder más eficaz posible? Por supuesto que sí, ¿quién no? Sin embargo, no se llega a ser líder de la noche a la mañana. De hecho, la mayoría de los líderes desarrollan y perfeccionan sus habilidades a lo largo de su carrera profesional.

¿Cuál es la fórmula secreta para convertirse en el mejor líder? En este artículo, le contamos cuáles son los diez principales rasgos que caracterizan a los líderes fuertes. Luego, le indicamos pasos prácticos para que pueda convertirse en el líder más eficaz posible.

¿Qué define a un buen líder?

Un buen líder es alguien que no solo consigue resultados, sino que también demuestra seguridad en sus habilidades, se comunica con claridad, motiva a quienes lo rodean y fomenta el crecimiento y la oportunidad a través del método de prueba y error.

Piense en alguien a quien considere un buen líder. Lo más probable es que esa persona tenga la mayoría de estos rasgos, o todos ellos. Steve Jobs no construyó un imperio tecnológico mundial por casualidad ni Martin Luther King Jr. lideró un movimiento fundamental que inspiró al mundo esperando sentados y dejando que las cosas sucedan. 

Eso no quiere decir que usted no pueda ser también este tipo de líder poderoso y efectivo, que logre cambiar el mundo. De hecho, cualquier persona es capaz de desarrollar estas cualidades a través de prácticas concretas que podemos imitar de Jobs, King y otros. 

Comencemos.

Los diez rasgos principales de un líder eficaz

Los líderes más eficaces comparten un conjunto de cualidades que los hacen eficientes, confiables e inspiradores, que mencionamos a continuación:

  1. La capacidad para empoderar y potenciar a otras personas
  2. Un enfoque claro y coherente en la comunicación
  3. Un alto nivel de inteligencia emocional 
  4. Habilidades superiores para resolver problemas
  5. Respeto general y empatía hacia los demás 
  6. Una capacidad inigualable para escuchar activamente
  7. La previsión para encargarse del trabajo y saber cuándo delegarlo
  8. Flexibilidad y capacidad de adaptación, además del sentido de responsabilidad 
  9. Fuerza cuando se trata de adelantarse al resto
  10. Una mentalidad abierta y clara 
Top 10 Traits of an Effective Leader

Ahora, profundicemos en cada uno de estos rasgos.

La capacidad para empoderar y potenciar a otras personas

La capacidad de empoderar a otros para que aprendan, crezcan y tengan éxito es, sin duda, uno de los rasgos más importantes de un buen líder.

Para ser un líder eficaz, debe invertir en su relación con los demás, motivar constantemente a quienes lo rodean y mostrar el máximo respeto por el trabajo que hacen. Promover la motivación es especialmente importante en los momentos de contratiempos o fracasos, que son inevitables. Un líder fuerte busca la lección dentro del desafío y potencia a cada persona a lo largo de su recorrido.

También tiene la responsabilidad de resolver los problemas cuando surgen y actúa siempre con transparencia, lo que ayuda a empoderar a los demás.

Un enfoque claro y coherente en la comunicación

Para ser eficaces, los grandes líderes tienen que ser grandes comunicadores. Más allá de ser claros y coherentes en su propia comunicación, también tienen la capacidad para escuchar a los demás y tomar medidas significativas basadas en lo que escuchan.

Siempre deben consultar a los demás para recibir sus aportes y responder las preguntas directamente; esto permite que otras personas aprendan de ellos y crezcan. Además de esto, también deben comprender a quiénes se dirigen a través de la información implícita y adaptar su comunicación para llegar a ellos.

Por ejemplo, al hablar con sus subordinados directos, pueden ser más relajados e informales. Sin embargo, a la hora de participar en una mesa redonda con personal directivo, deben ser más estructurados y formales, comunicarse de forma más concisa y directa, y destacar las conclusiones clave de inmediato.

Un alto nivel de inteligencia emocional

La inteligencia emocional se define por la capacidad de conocer, controlar y expresar las emociones con empatía y prudencia. Es un factor clave para gestionar con éxito las relaciones personales y profesionales.

Un buen líder debe ser sumamente inteligente en lo emocional. Debe ser capaz de inspirar, guiar y empatizar con las personas, y considerar siempre cómo sus pensamientos y acciones pueden afectar a los demás.

En situaciones profesionales, los líderes no reaccionan ante los conflictos, sino que responden a ellos. Manejan las situaciones complicadas con gracia y tranquilidad, y permiten que otros expresen sus pensamientos sobre cómo deben avanzar.

Habilidades superiores para resolver problemas

En cualquier proyecto, los inconvenientes son inevitables. Pero los grandes líderes manejan los problemas a medida que surgen y dan consejos claros y estratégicos; esto es lo que diferencia a los grandes líderes de los no tan buenos. 

Generalmente, un líder sólido debe proponer varias soluciones para un solo problema y tener la capacidad de respaldar sus sugerencias con datos, experiencias personales o evidencia anecdótica.

Aunque no necesariamente deba saber todas las respuestas, tiene que poder indicar qué recursos aprovechar o a qué personas consultar para que el proyecto vuelva a encaminarse.

Respeto general y empatía hacia los demás 

En relación con la inteligencia emocional, los mejores líderes siempre muestran respeto y empatía por los demás, y esto ayuda a fomentar una dinámica saludable entre su equipo y la organización en general.

Debe tratar a todos los miembros de su equipo de igual manera, independientemente de su función, nivel de antigüedad o antecedentes. Por otro lado, debe escuchar a todos y reconocer un buen trabajo cuando corresponde, además de escuchar y respetar otras perspectivas.

En resumen, debe fomentar una cultura de respeto mutuo en su entorno laboral. Esto permite que todos tengan una actitud positiva a lo largo de la trayectoria común.

Una capacidad inigualable para escuchar activamente 

Los buenos líderes siguen una regla muy simple: escuchan más de lo que hablan. Esto no solo muestra respeto por quienes comunican sus pensamientos, sino que también da a los miembros del equipo la oportunidad de sentirse escuchados y valorados.

Para fomentar la escucha activa, agende momentos recurrentes para comunicarse de forma individual con cada miembro del equipo. Aproveche esta oportunidad para escuchar lo que piensan y sienten, tanto en el ámbito profesional como en el personal.

Esto no solo favorece las relaciones, sino que también constituye una oportunidad para recibir comentarios y escuchar aportes, lo que genera una cultura más amplia de crítica constructiva.

La previsión para encargarse del trabajo y saber cuándo delegarlo

Los buenos líderes afrontan y asumen el trabajo en cada oportunidad que se presenta. En relación con esto, los líderes sólidos son sumamente conscientes de cuánto trabajo pueden tomar, al igual que cuál es la capacidad de su equipo, y saben cuándo delegar el trabajo.

A medida que cambian las prioridades y surgen nuevos proyectos, deben ocuparse primero del trabajo más importante y delegar las tareas a otra persona que pueda asumirlas, por sus habilidades y su disponibilidad. 

Deben comprender bien qué les interesa a los miembros del equipo para poder tomar decisiones ejecutivas que beneficien a todo el grupo. Una persona se considera un verdadero maestro de la gestión del tiempo cuando puede descifrar de qué encargarse, cuándo hacerlo y qué necesita delegar siendo realista, a fin de cumplir los plazos de los proyectos.

Flexibilidad y capacidad de adaptación, además del sentido de responsabilidad

Un gran líder de equipo debe ser la primera persona que responda a cualquier cambio o problema que surja. Las respuestas y acciones del líder deben ser bien pensadas, lógicas y fundamentadas en la medida de sus posibilidades.

Cuando usted, como líder, adopta una mentalidad flexible, puede adaptarse rápidamente al cambio de trabajo y fluir. Esto es importante, ya que demasiada rigidez puede causar más estrés y fricción, o afectar otros trabajos en curso. 

En relación con muchos de los rasgos anteriores, como la capacidad para resolver problemas y comunicarse con claridad, debe mantener la flexibilidad, pero también asumir la responsabilidad de los problemas a medida que surgen y resolverlos rápidamente.

Fuerza cuando se trata de adelantarse al resto

Los líderes fuertes marcan tendencias. Un líder seguro e informado se encargará de mantenerse al día sobre las tendencias más innovadoras del mercado o los nuevos productos que podrían aumentar su efectividad.

Con ese fin, debe investigar las tendencias del mercado, hablar con los líderes tecnológicos e, incluso, asistir a conferencias y otros eventos que estén relacionados con el trabajo que realizan con regularidad el líder y su equipo.

De esa manera, el equipo puede confiar en quien los guía y saber con certeza que está tomando las mejores decisiones, con buenos fundamentos, para beneficiar a la empresa en su conjunto.

Una mentalidad abierta y clara 

Por último, pero no menos importante, un líder debe tener una mentalidad abierta y ser capaz de ver las cosas desde muchas perspectivas y ángulos diferentes. Esto es especialmente importante cuando se trabaja con diversos tipos de personas y partes interesadas.

Los nuevos proyectos se deben afrontar con una mente clara y abierta, lista para asumir desafíos y abordar los nuevos programas con entusiasmo. Esto será un incentivo para que los demás hagan lo mismo, lo que crea un entorno positivo, acogedor y productivo para todos.

Pasos para convertirse en un líder más eficaz 

Ahora que sabe qué cualidades caracterizan a un buen líder, veamos algunos pasos prácticos que puede dar para convertirse en un líder más eficaz.

  1. Facilitar la comunicación sincera y abierta con los miembros del equipo: Cree el espacio para que los miembros del equipo recurran a usted con preguntas, inquietudes y comentarios generales, de modo que todos se sientan escuchados y respetados.
  2. Fomentar la crítica constructiva: Recibir y brindar comentarios de forma periódica es beneficioso para todos, ya que aporta nuevas ideas y arroja luz sobre cosas que pueden haberse ignorado en un primer momento. Como dicen algunos, dos (¡o muchas!) cabezas piensan mejor que una.
  3. Practicar lo que se predica: Si pide a los miembros de su equipo que sean abiertos, sinceros, respetuosos y entusiastas, entonces también usted debe demostrar esos rasgos. Dé el ejemplo de cómo le gustaría que sea el trato, y creará un equipo positivo y eficaz. 
  4. Escuchar más de lo que se habla: La escucha activa es clave para el éxito de todos. Haga preguntas, solicite comentarios e incentive a los demás para que compartan sus pensamientos antes de decidir cuáles son los próximos pasos.
  5. Delegar el trabajo: Ningún líder es capaz de hacerlo todo, así que delegue el trabajo cuando corresponda y haga una pausa siempre que pueda a fin de constatar que todos, usted incluido, estén trabajando para lograr las metas más importantes.
  6. Actuar siempre con flexibilidad: Recuerde que es inevitable que las cosas cambien. En los proyectos, surgen obstáculos y los recursos cambian. En lugar de mantenerse rígido en su enfoque, tome estos cambios con calma y actualice sus planes en consecuencia.
  7. Ser proactivo en el aprendizaje y asumir nuevos enfoques: Capacítese de forma constante y manténgase al tanto de las nuevas tendencias del sector. Usted, su equipo y el producto de su trabajo se beneficiarán de este enfoque.
  8. Mantener la mente abierta para la resolución de problemas: No se espera de los líderes que respondan todas las preguntas y resuelvan todos los problemas que se les presentan. No obstante, siempre que tenga una actitud abierta y aproveche los recursos de manera eficaz, además de asegurarse de considerar todos los aspectos, terminará tomando las decisiones mejor fundamentadas.

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Ahora que tiene una comprensión sólida de lo que define a un buen líder y los rasgos que presenta, puede usar este artículo como base para transformarse en un líder eficaz.

Tome los diez rasgos principales que describimos y comience a aplicarlos en su vida profesional diaria para asegurarse de dar siempre lo mejor en el proceso de convertirse en un líder eficaz e influyente.

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